lunes, 8 de abril de 2013

Mañana de desgracias

Madrugar nunca fue difícil para mi, si ya desde jardín de infantes debía despertarme temprano, pero hoy fue una catástrofe salir de la cama. Mi cuerpo pesaba más de lo normal, mis ojos no querían abrirse y, para colmo, el frío aumentaba mis ganas de seguir calentito en la cama. Pero es día de trabajo, y si falto tengo que dar una explicación de proporciones bíblicas, luego de inventarla lo más creíble que pueda. Si me excusara por enfermedad necesito un certificado firmado por un médico. Y luego de pensar otras cosas, vi que era imposible. Entonces ya convencido de que el frío era la única opción, me levanté y corrí por toda la casa, para cambiarme y las demás necesidades antes de partir. Saludé a mis mascotas y me dirigí a la parada del colectivo, que viajaba atestado de personas. Pero eso no es lo peor. Eso es leve y cotidiano! Lo realmente molesto es que el colectivero estaba escuchando, desde el estéreo del colectivo y a gran volumen, cumbia villera! Viajé más de una hora escuchando "ella quiere látigo, látigo, látigo", "dale trá, por a trá".
Fak! Observé a los demás pasajeros intentando dormir, algunos con caras de asesinos de colectiveros cumbiancheros y los más afortunados con esos auriculares que cada vez fabrican más grandes, a punto de tapar la cara. Lamentablemente, mi reproductor tenía cero batería, así que no encontré consuelo en mi estilo de música. Tampoco pude leer pues estaba en medio del colectivo, colgado a un caño y apretado de personas.
Pensé pedir que apagase la música, pero mi valentía es limitada (bueno... es nula). También  creí que puedo hacer una denuncia en la empresa de transportes, porque el colectivero estaba violando una ley, que es muy reciente, donde se prohíbe escuchar música sin auriculares. En fin, me resigné a no hacer nada.
Llegué al trabajo 15 minutos tarde. Por suerte, mi jefe no estaba. Me tomé un café y me puse los auriculares para sacarme el "trá, trá, dale trá" de la cabeza, y el glorioso reproductor comenzó sonando "For Amelie" de Leaves eyes, perfecto para tranquilizarme con su armoniosa voz. Cuento hasta diez y comienzo así mi jornada laboral.

Imagen de Chicas Bondi